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LOS MOLINOS
ORÍGENES
La molienda es el último paso antes de obtener el gofio. En Canarias, los molinos se introdujeron desde la época prehispánica. Anteriormente, la molienda se hacía con molinos de mano y morteros naviformes. Tras el tueste de cereales y/o semillas, éstas se trituraban, elaborando así este rico alimento de origen canario.

En la segunda mitad del primer milenio antes de Cristo los romanos crearon el primer molino, el molino de mano. Ya en el S. VI después de Cristo, desarrollaron su invento, construyendo molinos de agua, dedicados a la seda, batida de cuero, prensa de aceitunas, etc. y se extendieron por Europa, continente que también acogió los molinos de viento originarios de Persia.

Son diversos los tipos de molinos que podemos encontrar en las Islas Canarias, como diversas sus condiciones geográficas, geológicas y climáticas. Condiciones que han influido en favor de escoger un tipo u otro de ingeniería molinera, aprovechando los Recursos Naturales existentes en cada Isla. Nos referimos a los molinos de agua y de viento. Menos comunes son los molinos de sangre o tahonas, en los que la piedra de moler es movida por la fuerza de un animal (burro, camello…) o, incluso en ocasiones, tirado por personas.

          Desde los primeros pobladores de Canarias
 

 


MOLINO DE MANO
Los molinos de mano fueron los primeros molinos de gofio de Canarias. Construidos a partir de piedras basálticas porosas talladas. Podían tener diversas formas: naviformes, circulares con agujeros para colocar los dedos en la piedra superior, con un único agujero para insertar un cuerno de cabra o un pequeño palo con el que girar la piedra superior, sin agujero, tipo mortero, etc. Los más actuales, también llamados molinos de piedra, están constituidos por dos piedras circulares de iguales dimensiones. Acopladas una sobre la otra, se mueven a mano con un sistema que va unido a un palo, sujeto en la parte superior por un agarre. Las piedras están colocadas en una gaveta de madera a la que va cayendo el grano triturado.

Moliendo a mano
          Desde las primeras décadas de la Conquista
 

 


TAHONA
En las Islas Canarias existió un escaso número de tahonas. En el periodo de ausencia de vientos se potenciaba su uso. Las tahonas, también llamadas molinos de sangre, funcionan a través del movimiento que ejerce un animal (camello, yegua, burro o caballo) o la fuerza humana al empujar una viga de madera curvada, colocada horizontalmente a unos centímetros del suelo. Ésta se inserta en otra viga colocada verticalmente y que acaba en punta sobre el suelo, a modo de punzón. Unida al mecanismo de molturación de la tahona permite el movimiento de la piedra de moler, obteniéndose el preciado alimento.

Tahona
          Desde la Conquista y sobre todo a partir del siglo XVIII
 

 


MOLINO DE VIENTO (TIPO CASTILLA)

Los vientos alisios en su permanente paso por las Islas constituyen una valiosa fuente de energía. A través de los molinos de viento pudo ser aprovechado este beneficioso recurso que diariamente visita nuestro Archipiélago. Los molinos de planta circular fueron los primeros molinos de viento que aparecieron en las Islas. Este tipo de molino llegó a Canarias poco después de la Conquista, a finales del siglo XVIII y comienzos del XIX, y su difusión fue más lenta porque resultaba más cara su fabricación que el molino de agua. En Fuerteventura, la construcción de este tipo de molinos se extendió por toda la Isla, sobre todo en el centro-norte, debido a los factores climáticos que la caracterizan y a otros factores de tipo socioeconómicos.

Estos molinos tienen una sólida y alta estructura, pero esto no ha sido impedimento para que, en ocasiones, algunos de ellos, fueran vendidos y trasladados en piezas por camellos a otros lugares. El número de aspas podía variar entre cuatro o seis. Cuando el molinero las suelta y pone sus velas de lona, a través del empuje del viento comienzan a realizar el movimiento giratorio que pone en marcha todo el mecanismo interno del molino produciéndose su funcionamiento.

Molino de viento
          Desde los primeros años de la colonización
 

 


MOLINO DE AGUA
Se fomentó su construcción desde los primeros años de colonización hacia la 1ª década del S. XVI 1503. Se edificaron en lugares cercanos a los barrancos en las islas más húmedas. También se denominaban molinos hidráulicos. El agua y la orografía fueron las piezas claves que hicieron surgir este tipo de molinos. La fuerza motriz de las corrientes era el recurso energético que alimentaba las ruedas de piedra molinera de éstas “fábricas” de gofio. Fue cuarenta años después de la conquista de Canarias cuando este tipo de molinos, aprendidos de los europeos, vieron correr manantiales y barrancos de algunas de nuestras Islas.

Molino de agua
          Desde la segunda mitad del siglo XIX
 

 


MOLINO DE VIENTO (TIPO ORTEGA)
Otro tipo de molino de viento es el llamado molino Ortega. Don Isidro Ortega, natural de la Isla de La Palma, creó, en dicha isla, este sistema de molino hacia la segunda mitad del siglo XIX. Diseñó y construyó un molino de pivote con planta rectangular, dividiéndose en tres partes: torre, maquinaria y edificio. Le hizo más fácil el trabajo al molinero ya que reunió en una sola planta los trabajos de molienda y manejo del grano. Este modelo que pronto se extendió por las Islas, es conocido en Fuerteventura, como molina. Algunas particularidades existentes son, por ejemplo, el número de aspas, que varía sobre todo entre 8 y 12 en la Isla de La Palma, y 12, 4 y 6 en Fuerteventura.

Molino de Ortega
          Desde principios del siglo XX.
 

 


MOLINO DE MOTOR O MÁQUINA

En los lugares en donde hoy existe un molino de motor, normalmente, en otro tiempo, existió un molino de viento. Cuando aparecieron los molinos de motor, los primeros alimentados por gasoil y, después, eléctricos, su mayor rapidez y su capacidad de molturación, hicieron que los molinos de agua, de viento y las escasas tahonas se fuesen abandonando.

Su aspecto externo es como una gran casa, en el interior se le ha adaptado un mostrador de venta, motor y piedras de moler, tostadora eléctrica y almacén de granos. El trabajo del molinero disminuyó, pues, ya no tenía que salir fuera del molino a darle salida al agua de la acequia del molino hidráulico; tampoco tenía que subirse a las aspas o al tejado de los molinos de viento para colocar las velas. La crianza de un animal de tiro, ya no era necesaria para las faenas de la tahona. Otra causa, en el caso de los molinos de agua, fue la disminución de los caudales de agua.

Ventajas y desventajas fueron surgiendo a lo largo del tiempo con la llegada de nuevos recursos energéticos. Además, la agricultura en los años 50 y 60 del siglo pasado, fue pasando a un segundo plano, dejando de producirse tanto cereal en las Islas, para dar paso al abastecimiento externo. Aún así los molinos de gofio eléctricos pueden subsistir gracias a parte de la población que no ha dejado de consumir gofio. E incluso, la decadencia de su consumo se ha disipado gracias a la promoción de alimentos saludables e integrales, como son los cereales sin refinar.

Molino de motor o máquina
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La imaginación y la necesidad se conjugaron dando origen a la ingeniería molinera.

 
Plan Nacional I+D+i ref. BHA2003-07202
Universidad de La Laguna